La asertividad es indispensable para que nuestros niños logren tener relaciones sociales saludables y satisfactorias para ellos y los demás. La asertividad es la capacidad de expresar nuestras emociones sin ser agresivos ni pasivos, sin hostilidad, exigencias o amenazas para ninguno de los involucrados.
Características que reflejan una comunicación asertiva
Se deben mostrar normas de cortesía. Entre ellas está tener un adecuado contacto visual y una postura que no genere incomodidad en la persona con la que se está hablando.
Ser asertivo no significa que el niño no les dé importancia a otros puntos de vista, sino que aprenda a exponer sus ideas, permitiendo que los demás también lo hagan, y dándole la correcta valoración a los comentarios de los demás.
La manera como conduce sus conversaciones indicará que no desea generar conflictos, por lo que enseñarles empatía ayudará a mantener ese clima siempre.
El niño debe conocer sus derechos y gustos para tomar decisiones.
Es importantísimo que tanto en casa como en la escuela fomentemos esta capacidad y lo podemos hacer de la siguiente forma:
Los adultos, darles un ejemplo de asertividad
Una de las mejores maneras de enseñar asertividad en los niños es mediante el ejemplo. Los niños son imitadores de los modelos que observan, por lo que, cuando ellos vean que expone sus ideas con respeto a otros (ni de forma agresiva, ni siendo pasivos), harán lo mismo apenas tengan la oportunidad.
Estrategias de comunicación asertiva
Dialogue directamente con su hijo sobre la asertividad. Explicándole de que se trata, dándole ejemplos.
Resalte en la vida diaria ejemplos que surjan de los diferentes tipos de comunicación. Luego pueden conversar sobre las ventajas y desventajas de cada tipo de comunicación.
Con juego de roles pueden dramatizar diferentes escenarios con comunicación asertiva, pasiva y agresiva. Luego pueden conversar sobre las ventajas y desventajas de cada tipo de comunicación.
Debemos enseñarles a que expresen sus sentimientos, deseos y decisiones sobre lo que quieren o no quieren, siendo al mismo tiempo firmes y corteses.
Enseñarles a tener una escucha atenta y asertiva también, en la que respetemos el punto de vista de todos los involucrados.
Cuando el niño establece a diario una comunicación asertiva puede resistir la presión grupal y la tendencia a hacer siempre lo que otros deseen. Sin duda forjará las herramientas necesarias para poder crear relaciones duraderas y positivas
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